Sólo
existe el pasado
Octavio Acosta Martínez
octaviocultura@hotmail.com
Twitter: @snittker.com
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En nuestra discusión se está presentando una relación de
escalas similar a aquella que existe entre el microcosmos y el macrocosmos,
interpretadas ambos por dos físicas diferentes. En esta oportunidad, nosotros,
los humanos, y nuestra vida cotidiana, vendría a jugar el papel de lo cuántico,
el microcosmos.
Cuando hemos estado intercambiando estas opiniones sobre el tiempo, ha sido mezclando elementos de
las dos escalas, contribuyendo, sin intención deliberada, a aumentar la ya
confusa realidad cuyos misterios tratamos de desvelar. Comenzamos con una
provocación en la que afirmé que en relación al tiempo, la única realidad era el presente. Luego, apelando al sagrado
derecho a contradecirme, cambié de posición y dije que la única realidad es
el pasado. En ese punto me mantengo
en los actuales momentos.
En efecto, en el diminuto espacio en el que desarrollamos
nuestra vida, y dada la cortedad de ésta, la clásica división del tiempo en
pasado, presente y futuro, presentados éstos en secuencia progresiva, es más
que suficiente para ubicar la temporalidad de los hechos que han marcado
nuestra existencia y la del planeta donde habitamos. En lo que va del “escaso minuto altanero” nietzscheano de
su existencia, el hombre no ha tenido una experiencia negadora de esta
división, salvo en las novelas y películas de ciencia ficción. Así pues, la
discusión para determinar la naturaleza y cuantificación de cada uno de estas
tres clases de la clasificación del tiempo, es perfectamente válida. Y una vez aceptada esta clasificación he
afirmado que lo único verdaderamente existente es el pasado.
Un poco jugando con las analogías he traído la imagen de la
carga de un programa en la computadora, lo que gráficamente se representaría
así:
Lo que aparece coloreado a la izquierda es lo que se ha
cargado, el pasado. Lo que está a la derecha es lo que falta por cargarse, el
futuro. Y el presente es la división adimensional que los separ;
que no tiene contenido, por lo que concluyo que no existe. Tampoco tiene
contenido el futuro, y la conclusión es la misma. Esto lo he explicado en otra
oportunidad. Lo que haré ahora es buscar una nueva sustentación.
***
Es bien sabido que cuando miramos el firmamento durante la
noche, todo ese manojo de astros y estrellas que percibimos pertenecen al
pasado. Vemos lo que eran algunas hace miles de años; otras, hace decenas y
centenas de miles; otras, millones. La estrella más cercana a la Tierra está a
cuatro años luz de nosotros. Si la miráramos en este instante, veríamos lo que
era ella precisamente eso: cuatro años atrás. La luz ha viajado durante cuatro
años para traernos esa imagen. En millones de años, muchas de esas estrellas
han desaparecido, pero es ahora cuando las vemos. Así que sólo es el pasado lo
que nos llega.
No tendríamos que ir muy lejos para apreciar este fenómeno.
La luz del Sol tarda 8 minutos en llegarnos. Así que es el pasado del Sol lo
que nos alumbra. Vale la oportunidad para hacer una digresión que apuntala el
párrafo anterior:
Durante el día las estrellas también están allí, el
firmamento está lleno de ellas, sólo que en la relatividad de las distancias,
la luz solar domina y la percibimos tan intensa que anula las de aquellas. Pero
la luz de estas estrellas sigue llegando. He aquí el problema de las escalas. Y
esto ha sido el “misterio” que ha rodeado a muchos de los fenómenos físicos. En
este caso del Sol y las estrellas lo hemos solucionado muy fácil: o esperamos
la noche para contemplarlas o colocamos un telescopio en el espacio para evitar
todo tipo de interferencias. Porque incluso durante las noches, las luces de
las ciudades interfieren.
***
Pero el pasado también está presente en eso que llamamos presente. Supongamos que estoy
conversando en la sala de mi casa con un amigo. Él está sentado a un escaso
metro de distancia. Tenemos una animada conversación. Él me habla, yo le
respondo. Le cuento algo y él se ríe. Sé que se ríe porque yo veo que se ríe.
¿Qué es un metro de distancia? El metro se ha definido de varias maneras, buscando cada vez más precisión y mayor exactitud. Voy a usar la definición a la que apela Stephen Hawking en La historia del tiempo: “el metro es la distancia recorrida por la luz en 0.000000003335640952 segundos, medidos por un reloj de cesio”. ¿De dónde sale este lapso de tiempo que pareciera tan arbitrario? Pues, del hecho conocido que la luz se desplaza a una velocidad de 299.792.458 m/seg. Como esta cifra es difícil de memorizar y larga para pronunciar, la redondeamos siempre a 300.000 km/seg (300 mil kilómetros por segundo).
¿Qué es un metro de distancia? El metro se ha definido de varias maneras, buscando cada vez más precisión y mayor exactitud. Voy a usar la definición a la que apela Stephen Hawking en La historia del tiempo: “el metro es la distancia recorrida por la luz en 0.000000003335640952 segundos, medidos por un reloj de cesio”. ¿De dónde sale este lapso de tiempo que pareciera tan arbitrario? Pues, del hecho conocido que la luz se desplaza a una velocidad de 299.792.458 m/seg. Como esta cifra es difícil de memorizar y larga para pronunciar, la redondeamos siempre a 300.000 km/seg (300 mil kilómetros por segundo).
Esto significa que cada imagen que me llega de mi amigo es
lo él era 0.oooooooo3335640952 segundos antes. Quizás un poco más, si
consideramos que la velocidad señalada corresponde a su desplazamiento en el
vacío. En mi sala operan otras variables que la retardan. Aunque sean
insignificantes, ellas están ahí. Es decir, lo que percibo de mi amigo está en
el pasado.
Pero lo mismo sucede con su voz. Sabemos que el sonido tiene
una rapidez de aproximadamente 340 m/seg a una temperatura de 20 grados centígrados.
Si éste fuese el caso de mi sala, cada fonema pronunciado por mi amigo,
llegaría a mis oídos 0.002941176471 segundos después –muchísimo tiempo después
que su imagen-. Así, que escuchamos el discurso de mi amigo en el pasado, y además,
desfasado de su imagen.
¿Se salvarán los otros sentidos de esta fatalidad? Nuestros
sentidos perciben a través de terminaciones nerviosas que nos comunican con el
exterior. Para el tacto tenemos terminaciones nerviosas distribuidas por todo
el cuerpo. Cuando pulso una tecla de mi computadora, las terminaciones
nerviosas de mis dedos envían impulsos al cerebro donde se procesan y es allí
donde obtengo conciencia de lo que toqué. ¿Con qué velocidad van esos impulsos
nerviosos al cerebro? Póngale usted la que quiera, la de la luz si lo desea. El
caso es que demorará un lapso de tiempo en llegar al cerebro. Por tanto, lo que
percibo por el tacto también está en el pasado. Puedo seguir el mismo
razonamiento para cualquiera de los sentidos y el resultado siempre será el
mismo. En definitiva, amigos, aunque nos cueste asimilarlo, estamos condenados
a percibir sólo el pasado del mundo. La realidad, no es la realidad actual, es la realidad pasada. El presente no existe, está vacía de hechos. El futuro no existe, está vacío de hechos. Nuestro transcurrir por la
vida es una construcción permanente de pasado. Nosotros somos constructores de
pasado.
***
Algo sobre Hawking
Hawking lo explica mejor que yo
(¡qué raro! ¿verdad?). Si se emite un pulso de luz en un instante concreto, en
un punto particular del espacio, entonces, conforme va transcurriendo el
tiempo, se irá extendiendo como una esfera de luz cuya posición y tamaño son
independientes de la velocidad de la fuente. Después de una millonésima de
segundo la luz se habrá esparcido formando una esfera con un radio de 300
metros; después de dos millonésimas de segundo, el radio será de 600 metros, y
así sucesivamente (Ojo: estoy repitiendo las palabras de Hawking, pero yo, como
inspector de lotería por televisión, lo certifico).
Hawking establece el símil con un estanque sobre el que se
lanza una piedra. Las olas se extienden como círculos que van aumentado de
tamaño conforme pasa el tiempo. Esto se puede representar mediante un modelo
tridimensional consistente en la
superficie del estanque y la dimensión temporal, las olas circulares que se
expanden marcarán un cono cuyo vértice estará en el tiempo y el lugar en que la
piedra golpeó el agua (soy bueno copiando a Hawking, esto me garantiza estar
bien respaldado). Lo mejor para ver bien esto es aplicando el teorema del dibujito:
El eje vertical es el tiempo. Hawking dice que, como se ve
en el dibujo, se forma un cono tridimensional en el espacio-tiempo
cuadridimensional. Este cono se conoce como cono
de luz futuro del suceso. De la
misma forma se puede dibujar otro cono, llamado cono de luz pasado, el cual es el conjunto de sucesos desde los que
un pulso de luz es capaz de alcanzar el suceso dado (la piedra en el
estanque). Nuevamente el teorema del
dibujito nos ayuda a visualizar el fenómeno:
Aquí los vemos con sus ejes de coordenadas:
¿Qué cosa nos puede llamar la atención de estas representaciones gráficas? Una muy interesante, ¿dónde está el presente? En un punto adimensional, o de
dimensión cero en el eje tiempo, en
el vértice de los dos conos. Esto apuntala mi afirmación sobre la no existencia
del presente. ¿Habré interpretado mal a Hawking? A mí me parece que hay
consistencia entre este resultado y los dos argumentos que he expuesto para mi
demostración.
Conclusión temporal de esta noche (estoy escribiendo de noche): sólo existe el pasado.
¿Cómo existe el pasado si ya no es? Comprendo el planteamiento, pero ...¿será apropiado definirlo así?
ResponderEliminarBuenas preguntas. Hay que ir avanzando al modo que propuso Descartes cuando escribió El Discurso del Método: Comenzar de cero y luego ir aceptando sólo aquellas cosas de las cuales hubiera una certeza absoluta. Una cosa es segura: el pasado es el único sector del tiempo pletórico de acontecimientos, es lo único que nos llega y es lo único sobre lo cual podemos obtener conclusiones definitivas. El presente y el futuro son conjuntos vacíos, no hay absolutamente nada allí. Luego la conclusión que he planteado no luce tan desacertada. Ahora, reconozco que es difícil asimilarla, sobre todo la correspondiente al presente. Quizás lo que choca es que no hay concordancia con la noción que tenemos de "presente". Pudiera ser pertinente pasar a actualizar las definiciones que tenemos acerca de estos conceptos. "¿será conveniente definirlo así?", preguntas. Es posible que tengamos que abocarnos a una jornada de definiciones. No sería una mala actividad. Yo soy fanático de las definiciones, porque son elles las que definen las pautas acerca de lo que generalmente discutimos.
EliminarCuando nos referimos a la construcción del futuro, tan importante para un individuo, su familia, un país o el mundo, no podemos limitarnos al tiempo infinitesimal en que ocurre o deja de ocurrir un evento. Bajo este enfoque si tendríamos pasado, presente y futuro. Lo veo como un nivel macro del tiempo. En este caso, por ejemplo, el pasado sería lo que ocurrió hasta el período anterior de un gobierno, el presente lo que estamos viviendo y el futuro lo que deseamos vivir de ahora en adelante. Diríamos que todo es relativo, depende del cristal con que se mire
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